Durante la misa del noveno día del novenario de la Virgen de Caacupé, Monseñor Mario Melanio Medina, obispo emérito de Misiones y Ñeembucú, sostuvo que la “mafía de los pagarés” empobrece a los más vulnerables, denunció el abandono estatal hacia pueblos indígenas y campesinos, y calificó al sistema de salud pública como colapsado.
En una homilía marcada por un fuerte tono de denuncia, durante la misa de ayer sábado 6 de diciembre, Monseñor Medina cuestionó al Estado paraguayo por permitir lo que definió como “una estafa legalizada” a través de la llamada “mafia de los pagarés”. Según su intervención, en la misa en el marco de la festividad de la Virgen de Caacupé, el mecanismo de la mafia de los pagarés condena a muchas familias pobres a deudas impagables, como por ejemplo el caso de “una señora que pidió un préstamo por una cocina de G. 200.000 y terminó pagando G. 200 millones”, lo que describió como “ausencia total de ética humana”.
El religioso también expresó su preocupación por la situación del sistema de salud pública. Afirmó que miles de trabajadores —médicos, enfermeras y personal de blanco— reclaman “un salario justo” que muchas veces no perciben. Denunció la falta de medicamentos, insumos básicos, condiciones laborales precarias, carencia de infraestructura, y una distribución irregular de los recursos del Instituto de Previsión Social (IPS), lo que a su juicio deja “abandonados” tanto al personal como a los pacientes.
Despojo a indígenas
Además, el obispo emérito enfocó críticas hacia el despojo de tierras de comunidades indígenas y campesinas. Señaló que organismos estatales como INDI y INDERT no cumplen con su rol de proteger a los más vulnerables. Cuestionó la venta —o entrega— de tierras, argumentando que estas operaciones nunca benefician a los pobres, sino a intereses privados. Dijo que permitir estas decisiones equivale a traicionar al país.
En su mensaje final, Monseñor Medina lamentó que la corrupción, la impunidad, el clientelismo y el mal uso del Estado perpetúen la desigualdad social. Llamó a las autoridades y a la ciudadanía a recuperar la ética, la justicia y la solidaridad, y remarcó la necesidad de políticas serias que garanticen los derechos de los sectores más desfavorecidos.