El Vía Crucis con estatuas vivientes, en su decimocuarta edición, congregó esta noche (11/4) a una gran cantidad de público en Luque. Las 14 estaciones se llevaron a cabo en la ex ciclovía Valois Rivarola, desde la calle Monte Alto hasta Senador Flecha. Al finalizar la actividad, se realizó una peregrinación en el marco del Jubileo 2025.
La tradicional representación del Vía Crucis con estatuas humanas, «Caminando con Jesús», volvió a convocar a una multitud en la ex ciclovía Valois Rivarola de Luque, como lo viene haciendo desde hace 14 años. Este año, sin embargo, el evento cambió de recorrido: anteriormente se desarrollaba desde la Avda. Corrales, pasando por la calle Iturbe, hasta concluir en la Plazoleta de la Parroquia Santuario Nuestra Señora del Rosario. Según los organizadores, el traslado se debió a cuestiones de seguridad vial y a la peregrinación especial por el Año del Jubileo 2025.
La puesta en escena inició en el extremo de la ex ciclovía, a la altura de la calle 1º de Marzo, y avanzó estación por estación hasta completar las 14. Cada escena fue interpretada por estatuas vivientes, que ofrecieron representaciones dramáticas acompañadas por cantos lastimeros a cargo del Grupo de Estacioneros 19 de Marzo.

A lo largo del recorrido se recrearon momentos clave de la Pasión de Cristo, incluyendo escenas como La Última Cena y la oración en el Huerto de Getsemaní. La representación despertó profunda admiración entre los asistentes, muchos de los cuales llegaron desde ciudades vecinas para presenciar el evento en familia.
Finalizado el Vía Crucis, la multitud emprendió una peregrinación hasta el Santuario, recorriendo la calle Gral. Elizardo Aquino. Los fieles ingresaron al templo por la puerta principal, en un gesto simbólico que representó el paso por la Puerta Santa de Roma.

Carlos Julián González, director artístico del evento, explicó que el objetivo es “propiciar la concreción de eventos litúrgicos en situaciones reales, para así valorar el patrimonio cultural nacional y universal. Se busca identificar y apreciar los elementos que forman parte de nuestra religión, a través de obras de arte que expresan la creatividad humana y funcionan como documentos testimoniales de una época y una cultura”.