Un marcado desacuerdo vecinal se evidenció este martes 24 de junio en la compañía Cañada Garay de Luque, tras la entrada de un tractor de la Municipalidad para realizar trabajos de nivelación sobre la deteriorada calle General Díaz, específicamente en la zona de la Fracción Arboleda. Mientras algunos vecinos celebraron la intervención como un alivio ante el pésimo estado del camino, otros se manifestaron en contra, asegurando que este tipo de intervenciones solo empeoran la situación.
La maquinaria municipal comenzó a operar a tempranas horas de esta mañana sobre un tramo históricamente afectado por la falta de mantenimiento, agravado en los últimos días por las intensas lluvias y la alta humedad. Según los residentes que respaldan la intervención, la calle se encontraba en estado calamitoso y necesitaba urgentemente ser aplanada. “Por lo menos viene a aplanar nuestra calle, ahora lo que falta es rellenar con escombros o ripios”, expresó una vecina mientras observaba el avance de los trabajos.
Sin embargo, otros frentistas mostraron un fuerte rechazo. Alegan que, al no completarse el trabajo con relleno adecuado, la intervención termina dejando barro, piedras sueltas y banquinas pronunciadas que dificultan el ingreso a las viviendas. De hecho, durante la jornada se observó cómo la maquinaria dejaba zanjas frente a algunas casas, impidiendo incluso el acceso de vehículos. En una de ellas, donde no había moradores en el momento del trabajo, el propietario no podrá ingresar con su auto al regresar.
El presidente de la comisión vecinal Ybyra Pyta, el abogado Daniel Vargas, fue tajante al desautorizar públicamente la intervención. Afirmó que el trabajo no contaba con el aval de la organización que preside y denunció que este tipo de acciones, lejos de solucionar, terminan agravando el problema.

Según se pudo observar, la falta de planificación incluso provocó daños en el caño principal de distribución de agua potable, provisto por una aguatería local.
La polémica casi obliga al tractorista a abandonar el trabajo en medio de las tensiones. A pesar de que el aplanamiento inicial ofrecía una aparente mejora visual de la calle, la falta de una estrategia integral y de materiales adecuados, como ripio o escombros, deja a la vía expuesta a nuevas deterioraciones con la próxima lluvia.
Vecinos señalaron que ya en días pasados, un grupo de residentes había construido, por cuenta propia, dos pequeños muros en un tramo de entre 60 y 70 metros con la intención de rellenarlo posteriormente. Sin embargo, por falta de recursos, el área quedó sin cubrir, convirtiéndose en un lodazal cada vez que llueve.
La situación de Cañada Garay no es aislada. Varios sectores del municipio de Luque atraviesan una crisis vial profunda. Muchas calles de tierra están prácticamente intransitables, incluso para peatones, mientras que el contraste con las vías del centro de la ciudad es cada vez más notorio.
Pese a contar con maquinarias y recursos, la Municipalidad de Luque sigue sin implementar un plan de mantenimiento regular de las calles vecinales, según denuncian los ciudadanos, lo que genera descontento y división entre los propios habitantes.