En la mañana de este domingo 13 de abril, en la jurisdicción de la Parroquia Santuario Virgen del Rosario de Luque se vivieron tres emotivos y significativos momentos: la bendición de las palmas, la tercera peregrinación por el Jubileo 2025 y la celebración de la Santa Misa. Una multitud participó de esta jornada de fe, marcando el inicio de la Semana Santa con fervor y recogimiento en el tradicional Domingo de Ramos.
La tercera peregrinación del Año Jubilar partió desde la capilla San Juan, ubicada en el barrio del mismo nombre, donde se realizó la primera bendición de las palmas.
La procesión fue encabezada por la imagen del «Señor de las Palmas», que representa a Jesús montado sobre un burrito, y recorrió las calles del barrio partiendo desde la zona baja de San Juan. El trayecto incluyó la calle Aquidabán, continuó por Vicepresidente Sánchez, Comandante Peralta y Mauricio José Troche, hasta desembocar en la calle Rosario.
Desde allí, la caravana ingresó a la Plazoleta y se dirigió hacia la entrada principal del templo, atravesando simbólicamente la Puerta Santa de Roma.
Ya dentro del templo, el Cura Rector, monseñor Enrique Meyer, presidió la oración jubilar, que consistió en el rezo de un Padre Nuestro y un Ave María por las intenciones del Sumo Pontífice.
Una multitud de fieles colmó la plazoleta donde se celebró la Santa Misa. Durante la homilía, monseñor Enrique Meyer exhortó a vivir con autenticidad el mensaje cristiano y a comprometerse con los más necesitados.
«Debemos servir a los demás, sin hacer daño a nadie, amando a los pobres, a los más humildes y a quienes más sufren», expresó el prelado. En ese sentido, instó a no aprovecharse de las necesidades ajenas ni incurrir en la injusticia o la corrupción.
«Tenemos que ser honestos, trabajadores, serviciales, buscando siempre el bien común y la justicia social», clamó con firmeza.
También advirtió sobre las persecuciones que pueden sufrir quienes optan por vivir según el estilo de vida de Jesús, aunque aseguró que «el Señor da la fuerza necesaria para dar testimonio de Él ante todos».
Monseñor instó a una conversión profunda y sincera, siguiendo auténticamente el camino de Jesús. “Necesitamos convertirnos, arrepentirnos de nuestros pecados, confiando en el poder de Jesús. Sin Él no podemos cambiar, no podemos liberarnos del egoísmo, del orgullo, de la lujuria, ni de tantas cosas dañinas como las drogas y la pornografía”, expresó durante su mensaje.
Asimismo, invitó a los fieles a participar activamente de la Semana Santa, a vivir con fervor las celebraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. “Que en esta Pascua que vamos a celebrar, Jesús nos libere de nuestros pecados y vicios, y que podamos convertirnos en hombres y mujeres nuevos, viviendo como Él vivió: amando, sirviendo y confiando plenamente en el Señor”, exhortó.
Finalmente, animó a todos a ser “peregrinos de la esperanza”, en consonancia con el lema central del Jubileo 2025, y recordó que “la esperanza para los cristianos es Jesucristo, quien venció al pecado y a la muerte para darnos vida eterna y feliz”.