En la última misa del año, en Luque, el cardenal Adalberto Martínez exhortó a sanar los corazones rotos

El cardenal Adalberto Martínez, arzobispo de Asunción, celebró la última misa del año en Luque, en la Parroquia Santuario Nuestra Señora del Rosario, donde exhortó a curar los corazones rotos y heridos, porque de un corazón enfermo late odio, venganza, asesinato, sicariato, robo, corrupción y el desprecio de la vida humana.

En el contexto de la fiesta del Año Nuevo, con las lecturas marcadas para mañana, el cardenal Martínez invitó en Luque, durante su homilía de la misa que presidió a las 19:00, a sintonizar con el amor, es decir, con Dios, con Jesús de Nazaret, porque en la sociedad y en la familia hay desprecio por la vida humana cuando está ausente Dios, cuando está ausente el amor.

“Hay gente que desprecia la vida de los demás. El amor en cambio es armonía entre personas y crea una sana convivencia. La amistad social se construye con corazones solidarios, el amor a Dios y al prójimo deben ir juntos, no por vías paralelas”, indicó ante los feligreses luqueños.

En un momento dado habló de la unidad inseparable del amor inmaculado de la Virgen María y el de Jesús y el ideal matrimonial de que los corazones de los esposos estén unidos por el amor mutuo, “porque muchas veces hay corazones rotos, infartados, heridos, y de un corazón enfermo late odio, venganza, sicariato, robo, corrupción y el desprecio de la vida humana”.

Cardenal Adalberto Martínez

Anunció que el día de mañana, 1 de enero de 2025, es la Jornada Mundial de la Paz, que será presidida por el papa Francisco, cuyo tema es “Perdona Señor nuestras ofensas y concédenos la paz, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

También recordó la exhortación del papa Francisco en la Navidad, el 25 de diciembre pasado, en el inicio el año jubilar 2025, cuando hizo la invitación al mundo, personas de todas partes, pueblos y naciones, “a armarse de valor para cruzar la puerta, hacerse peregrino de la esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones, las guerras y las discordias”.

“En este peregrinar, que es la vida en la tierra, tenemos como avío a la eucaristía, como alimento espiritual, fuente de gracia para los peregrinos en esta tierra”, resaltó. El cardenal también pidió agradecer por el don de la vida, por el don de la fe, para seguir creciendo en la fe, en la esperanza y en la caridad.

Feligresía católica de Luque

“En este 2024 que nos tocó peregrinar con altas y bajas, cada uno puede hacer su balance de vida, cómo le ha ido. Las empresas cierran su año y hacen sus balances de ganancias y pérdidas, bueno, también nosotros podemos hacer ese balance espiritual. Cuáles talentos hemos ganados o desperdiciados; hemos crecido en la fe o la hemos perdido algo por el camino. Y finalmente hacer un presupuesto, presupuestar el devenir y recurrir al Señor y a la oración”, señaló finalmente el cardenal Adalberto Martínez.

La misa celebrada por el cardenal fue copresidida por Mons. Enrique Meyer, Cura Rector de la Parroquia Santuario Nuestra Señora del Rosario de Luque. Muchos feligreses participaron de esta última misa del año realizada en esta jurisdicción eclesial.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *