Cómo nació la guitarra en Luque: una historia de más de un siglo

Una tradición que comenzó con un hojalatero y un viajero, y que marcó para siempre la identidad cultural de la ciudad.

Nota y fotografías: Sebastián Jara Figueredo

La tradición guitarrera de Luque tiene sus raíces más profundas en las últimas décadas del siglo XIX, cuando, según la versión más documentada, llegó a la zona de Marín Ka’aguy un comerciante ambulante de origen español, cuyo nombre no ha quedado registrado. Viajaba con una guitarra cuidadosamente resguardada entre sus pertenencias, mientras recorría pueblos ofreciendo diversos productos, como un típico macatero de la época.

Durante su estadía en Luque, el visitante europeo entabló una relación sentimental con una joven del lugar y trabó amistad con Sebastián Chávez, un talentoso hojalatero y carpintero local, nacido en 1866 y fallecido en 1951 a los 85 años. Don Sebastián sería protagonista de lo que luego se convertiría en un sello cultural de la ciudad.

El español propuso a don Sebastián fabricar una réplica de su guitarra, pues pensaba vender la que traía consigo. Aceptado el desafío, comenzó la historia de la primera guitarra luqueña.

Ricardo Sanabria, fabricante y empresario del ramo de guitarras en Luque. En su salón de ventas en el centro de Luque.

Según el libro Luque de ayer y de hoy (págs. 21-22), de los autores Martín Ocampos y Yenny Ortiz, don Sebastián elaboró un molde utilizando chapa de zinc y experimentó con diferentes tipos de madera hasta lograr la forma y el sonido adecuados. Para las cuerdas, recurrió a tripas disecadas de caballo; para los puentes, utilizó huesos de vaca hervidos.

El resultado fue tan exitoso que decidió fabricar más instrumentos, dando inicio a un oficio que, con el tiempo, se transformaría en el sustento de muchas familias del barrio Marín Ka’aguy.

El legado artesanal no se detuvo allí. Don Sebastián enseñó el oficio a cinco de sus hijos: Prisciliano, Cástulo, Marcelino, Ambrosio y Espiridión. Más tarde, sus nietos Manuel y Alberto también siguieron sus pasos. Manuel continúa hoy el trabajo en Bella Vista, junto a dos de sus hijos, mientras que Alberto falleció recientemente en Posadas, Argentina. El saber fue transmitido también a su sobrino Ramón Ruíz Díaz y a su hijo Aurelio.

Guzmán Díaz, fabricante de guitarras de Cañada Garay, Luque.

Años después, Cantalicio Sanabria, cuñado de don Sebastián y vecino de Cañada Garay, aprendió el arte de la lutería y lo transmitió a sus hijos y nietos, dando lugar a otra rama de la tradición familiar: los Sanabria-Chávez, representados por generaciones de artesanos como Salomón, padre e hijo.

La mirada de un investigador

El Lic. Martín Ocampos, investigador local y expresidente de la Agremiación de Poetas y Otras Artes de Luque (APOAL), alerta sobre el riesgo de que esta tradición desaparezca con el tiempo.

“Muchos de aquellos viejos artesanos que fabricaban guitarras bajo la sombra de los mangales ya no están. Y sus descendientes, en muchos casos, optaron por otros rumbos. No solo se pierde un ingreso económico, sino también una parte fundamental del patrimonio cultural luqueño”, advierte.

Lic. Martín Ocampos, investigador y conocer de la realidad luqueña. Foto: Gentileza.

“Antes esto era nuestro modo de vida. Con nuestras manos hacíamos música”, expresa uno de los pocos lutieres que resiste aún en su modesto taller del barrio Cañada Garay. “Hoy, sin apoyo y con ingresos escasos, muchos se ven forzados a abandonar lentamente el oficio”, lamenta.

Sin embargo, no todo está perdido. Un pequeño grupo de fabricantes sigue apostando por este arte. Con recursos limitados, pero con visión de futuro, han comenzado a incorporar tecnologías que optimizan la producción. Buscan abrir puertas hacia mercados internacionales y posicionar la guitarra luqueña en escenarios globales, sin renunciar a su esencia artesanal.

La gran pregunta que queda es: ¿podrá Luque preservar el alma de su guitarra tradicional en esta nueva etapa de transformación?

Fuente: Luque de ayer y de hoy, basado en una entrevista del Lic. Martín Ocampos al lutier Aureliano Ruíz Díaz.

📌 Próxima entrega: La singular historia de don Aníbal Borja, lutier.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *