Obispo describió al corrupto como alguien que destruye la sociedad y remarcó que sin honestidad no es posible superar ninguna crisis.
Durante la misa central de este lunes 8 de diciembre, en la festividad de la Virgen de la Inmaculada Concepción —conocida en Paraguay como la Virgen de Caacupé—, Monseñor Ricardo Valenzuela lanzó uno de los mensajes más contundentes de los últimos años al presentar lo que podría denominarse el prototipo del corrupto, señalándolo como una de las principales causas del deterioro nacional.
El obispo fue categórico al describir a una persona corrupta como alguien que no es de fiar, que no ama a las personas, que solo busca su propio interés y que termina destruyendo a la sociedad. “Compra, quita confianza y rebaja la dignidad”, expresó ante miles de feligreses que colmaron la explanada del Santuario.

Valenzuela afirmó que la corrupción es una de las grandes causas del triste estado de cosas que vive nuestra nación, frase que generó aplausos espontáneos entre los presentes. Recordó además las palabras del profeta Isaías: “Cuando la corrupción toca fondo, todo se cae, todo se cae”, para remarcar que la honestidad es indispensable en todo tiempo, pero especialmente en épocas de crisis.
“Sin honestidad no se puede superar ningún problema”
En otro pasaje de su homilía, el obispo pidió que el gobierno, los funcionarios públicos y la ciudadanía asuman la honestidad como un principio innegociable. “Sin honestidad, no se gana ninguna guerra y no se puede s uperar ningún problema”, manifestó.
Insistió en que la corrupción degrada a las instituciones y profundiza las dificultades del país. Por ello, instó a apostar por una educación de calidad, empleos dignos y el acceso a servicios básicos como salud y vivienda, condiciones necesarias —dijo— para construir un Paraguay más justo.
Pidió también dejar de lado el egoísmo, la arrogancia y las envidias, actitudes que, según dijo, alimentan la desigualdad y obstaculizan cualquier intento de desarrollo.
Autoridades presentes y ausencia del presidente
El presidente de la República, Santiago Peña, no estuvo presente en la misa central debido a un viaje al exterior.
Sin embargo, participaron varias autoridades del Gobierno, entre ellas: Salma Agüero, ministra de la Juventud; Tadeo Rojas, ministro de Desarrollo Social; Denis Lichi, gobernador de Cordillera; la senadora Lilian Samaniego, además de representantes de distintas instituciones públicas.
Todos ellos escucharon atentamente una homilía centrada en “la misericordia, la justicia y la corrupción”, en un mensaje que impactó de manera directa tanto a las autoridades como a la ciudadanía, al recordar que la lucha contra la corrupción empieza por cada uno.