Una euforia juvenil se desató en Asunción tras la liberación de los 28 jóvenes, detenidos durante la represión a la manifestación de la Generación Z, el domingo 28 de septiembre en horas de la tarde y noche.
La salida de los manifestantes de la Agrupación Especializada estuvo marcada por cánticos, abrazos y declaraciones cargadas de indignación. Un vocero de los liberados afirmó: “Estuvimos privados de nuestra libertad en forma totalmente arbitraria e ilegal. No nos van a callar. Todo esto que pasó es una medida de amedrentamiento para que la gente no salga a la calle, pero mentira, porque estamos dispuestos a volver acá una y mil veces para que nuestra voz se escuche”.
El joven también rechazó las acusaciones de vandalismo contra los manifestantes. “Dicen que fuimos a romper, pero acá nadie tiene antecedentes judiciales, nadie rompió un vidrio. Somos todos estudiantes, y lo que están diciendo es mentira”, expresó.
Con tono enérgico, denunció que los detenidos fueron privados de manera ilegítima de su libertad, sin que se les leyeran sus derechos ni se les permitiera realizar llamadas. Además, acusó a la Policía Nacional, en especial a los grupos Lince y Montada, de haberlos reprimido violentamente bajo órdenes del Ministerio Público. Entre los liberados se encontraba un joven que resultó lesionado tras ser embestido por una motocicleta de la agrupación Lince.
El vocero agradeció el acompañamiento del Mecanismo de Prevención de la Tortura, señalando que sus miembros fueron “los únicos que se interesaron por nuestros derechos”, y denunció maltratos verbales y físicos de parte de oficiales identificados. “Lo que queremos decir es basta a la represión y que ningún paraguayo tenga que pasar por una celda por manifestarse en la calle”, remarcó.
En contrapartida, cuestionó la visita de representantes de la Secretaría de la Juventud, a quienes acusó de haber acudido únicamente para “figuretear”, sin preocuparse por el estado físico ni la alimentación de los detenidos.

Antecedentes
La movilización de la Generación Z Paraguay, realizada el domingo 28 de septiembre en el centro de Asunción, culminó con una violenta represión policial que dejó como saldo 28 detenidos.
Los manifestantes protestaron contra la corrupción y exigieron, entre otros puntos, la investigación del caso conocido como “Sobres del Poder”, que según la denuncia de una exfuncionaria presidencial habría implicado la entrega de dinero en efectivo dentro de la residencia de Mburuvicha Róga.
Asimismo, reclamaron la creación de un ente anticorrupción independiente, mayor inversión en educación y salud, apoyo a los jubilados y más oportunidades laborales para los jóvenes.
La Policía Nacional desplegó alrededor de 3.000 agentes y bloqueó el avance de los manifestantes hacia el Congreso Nacional, además de implementar controles y cateos a quienes se dirigían al punto de concentración frente a la Comandancia de la Policía.
Diversas juventudes partidarias de la oposición y organizaciones sociales condenaron la represión y expresaron su solidaridad con los jóvenes detenidos.