Luque, ciudad de baches: el drama cotidiano que nadie soluciona

Las calles de la ciudad siguen minadas de baches, producto de cañerías rotas, asfalto deteriorado y la falta de coordinación entre la ESSAP y la Municipalidad. Vecinos reclaman soluciones, pero las autoridades siguen sin dar respuestas eficaces.

La ciudad de Luque sufre desde hace años un problema crónico: la proliferación de baches en sus principales calles y avenidas. Esta situación, lejos de mejorar, parece agravarse con el tiempo, debido a múltiples factores como la antigüedad de las cañerías de la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP), la falta de mantenimiento vial por parte de la Municipalidad, y una total ausencia de coordinación entre ambas instituciones.

Uno de los puntos más críticos se encuentra en plena calle Sportivo Luqueño, entre Javier Bogarín y Balderrama, una arteria de altísimo tránsito, sobre todo en horas pico. En este tramo, en inmediaciones del Mercado Municipal Nº 1 y varios centros comerciales, un profundo bache —o huraco, como le llaman los vecinos— ocupa una parte importante en el medio de la transitada calle, representando un serio peligro para motociclistas, automovilistas y buses del transporte público. El estado de la calzada fue verificado el lunes 15 de julio, en plena media mañana, cuando decenas de conductores debían esquivar el pozo bruscamente.

La pérdida de agua de una cañería de agua potable en Bella Vista.

Otro foco problemático se encuentra sobre la calle Benigno González, a la altura del barrio Bella Vista. Allí, una pérdida de agua de la ESSAP ha horadado el asfalto durante semanas. El agua se desplaza por al menos cinco cuadras, para finalmente desembocar en otra cavidad ubicada en la bajada del cruce ferroviario. A pesar de los constantes reclamos vecinales, no se ha intervenido ni se ha dado fecha para la reparación.

Baches sobre Benigno González, a pasos del antiguo paso ferroviario.

Sobre la transitada calle Independencia Nacional, en su cruce con Balderrama, también se observan baches —de menor tamaño, pero igual de molestos— que ralentizan el tráfico de ómnibus y automóviles con destino a Asunción, Trinidad, Mariano Roque Alonso y Limpio. Los conductores deben maniobrar con cuidado para evitar daños a sus vehículos, lo que genera embotellamientos y situaciones de riesgo vial.

La raíz del problema parece estar en la falta de un plan conjunto entre la Municipalidad de Luque y la ESSAP. Las cañerías obsoletas provocan filtraciones constantes, y cuando estas rompen el pavimento, la respuesta municipal no llega a tiempo. La ESSAP, por su parte, argumenta que las reparaciones profundas requieren de una inversión millonaria que aún no está disponible.

Huraco en plena calle Sportivo Luqueño, entre Balderrama y Javier Bogarín.

“Estamos cansados de hacer notas, llamadas y reclamos. Nadie nos escucha. Esto es tierra de nadie”, expresó una comerciante de la zona del mercado.

Mientras tanto, los luqueños continúan esquivando baches, reparando suspensiones de sus vehículos y arriesgando su seguridad vial diariamente. La dejadez institucional ya no solo es una molestia: es una amenaza constante para la vida y el bienestar de miles de ciudadanos.

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